10 de diciembre de 2008

ya no.


Me gustaría poder contarte algo...

Hoy de repente me di cuenta que no necesitaba que el sol estuviera brillando para que fuera un buen día. La única lluvia que no deseo es la que resbala por mi cara.

Ya no vivo mi vida pendiente de tus movimientos.
Juega tu partida sólo. Tal vez un día encuentres un oponente digno, pero no cuentes más conmigo. Me iré sin mirar atras.

Ni el más mínimo rayo de sol, ni aunque la luna más brillante salga solo para mí me hará cambiar mi decisión.

Ya me cansé de sentir por dos.

Hoy miro hacia adelante y veo un camino ante mí.
Quizá para perder otra vez haya que seguir jugando.

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